Filipinas se desangra poco a poco. Desde que Duterte instaurase su política antidroga, al llegar a la presidencia del gobierno en 2016, han sido asesinadas más de 27.000 personas a manos de la policía y de un misterioso escuadrón de la muerte. Una campaña sin precedentes que ha desatado una brutal ola de crímenes instados por el gobierno que anima a policía y a civiles a tomarse la justicia por su mano y acabar de raíz con cualquier práctica ilegal que vean ante sus ojos. Con una política en la que casi cualquiera puede asesinar impunemente, Amnistía Internacional denuncia múltiples prácticas de abuso de poder que acaban con la vida de los más pobres a los que consideran, en muchos casos, 'daños colaterales' de esta dura batalla. Este documental sigue a grupo de fotoperiodistas independientes, entre los que se encuentra Raffy Lerma, que narran el horror de esta guerra y que se juegan su vida día tras día para contarle al mundo qué es lo que está pasando en su país. La película también incluye impactantes entrevistas a miembros de un oscuro escuadrón de la muerte que ronda los callejones de la ciudad en busca de personas que les paguen por asesinar a otros. El mercado de la droga contra el que quiere acabar Duterte está dominado por el shabú, una clase de metanfetamina quince veces más potente que la cocaína. El shabú cuenta con gran popularidad entre la población filipina que lo consume, fuera del ambiente recreativo, para aguantar larguísimas y durísimas jornadas de trabajo en barcos y cocinas.